La autoridad electoral de Venezuela anunció ayer martes, 28 de mayo de 2024, la revocación de su invitación a la Unión Europea (UE) para observar las elecciones presidenciales previstas para el 28 de julio. Esta medida se tomó después de que el bloque europeo ratificara sanciones individuales contra altos funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro.
«Venezuela revoca y deja sin efecto la invitación que envió a la Unión Europea», declaró Elvis Amoroso, presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), a través de un comunicado oficial. Amoroso reiteró la exigencia del levantamiento total de las sanciones y pidió el cese de lo que calificó como una «posición hostil» de la UE hacia Venezuela.
El 13 de mayo, la Unión Europea reafirmó sanciones contra 50 funcionarios venezolanos, aunque suspendió temporalmente la sanción impuesta a Amoroso. En ese momento, Amoroso consideró la medida como un «chantaje». Además, otros tres exdirectivos del CNE también fueron beneficiados con la suspensión de sanciones.
Peter Stano, portavoz del servicio diplomático de la UE, afirmó que la suspensión de la sanción a Amoroso demostraba el «compromiso y apoyo» de la UE hacia un proceso electoral justo en Venezuela, con la intención de «fortalecer los esfuerzos hacia unas elecciones presidenciales inclusivas y competitivas».
A pesar de esto, Amoroso, empleando un tono característico del régimen chavista, manifestó que «sería inmoral permitir su participación conociendo sus prácticas neocolonialistas e intervencionistas contra Venezuela (…), no siendo grata su presencia en un proceso electoral tan importante».
Además de la UE, Caracas había extendido invitaciones en marzo al Centro Carter, los BRICS y la Unión Africana para observar los comicios.
Nicolás Maduro, actual presidente de Venezuela, busca un tercer mandato que extendería su tiempo en el poder a 18 años. Su principal adversario es Edmundo González Urrutia, quien representa a la principal alianza opositora tras la inhabilitación de la líder María Corina Machado.
En las elecciones de 2021, la UE envió una misión para observar las elecciones municipales y regionales. La misión identificó mejoras significativas en el sistema de votación, aunque también reportó irregularidades. La presencia de la UE terminó abruptamente cuando Maduro los acusó de ser «enemigos» y «espías».
El comunicado de Amoroso fue respondido rápidamente por funcionarios europeos. En su réplica, la UE expresó su «profunda lamentación» por la decisión unilateral del gobierno venezolano. «El pueblo venezolano debería poder elegir a su presidente en elecciones creíbles, transparentes y competitivas, respaldadas por la observación internacional, incluida la Unión Europea, que tiene un largo y distinguido historial de observación internacional independiente», subrayó el comunicado.
El comunicado de la UE finalizó pidiendo a las autoridades venezolanas reconsiderar su decisión, en línea con el acuerdo de Barbados, el cual estipula que la Unión Europea debería ser invitada a observar las elecciones. Poco antes del pronunciamiento de Amoroso, la Plataforma Unitaria, que agrupa a los partidos opositores más relevantes de Venezuela, emitió un comunicado exigiendo la formalización inmediata de la invitación a la UE para la observación electoral. También hicieron hincapié en el carácter vinculante de los acuerdos firmados en Barbados.
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