La noche del domingo, Yazmín Zárate Aquino terminó un compromiso laboral, se despidió de sus compañeros y se retiró del lugar. La joven de 28 años era cantante y formaba parte del grupo musical “Titanes”, que ese día se había presentado en un evento en San Lorenzo Cacaotepec, una comunidad de los Valles Centrales de Oaxaca. Esa fue la última vez que alguien la vio con vida.
La mañana del lunes 7 de noviembre, la Secretaría de Seguridad Pública de Oaxaca (SSPO) informó el hallazgo de un cuerpo de mujer por elementos de la Policía Vial Estatal, sobre la calle Francisco I. Madero del Paraje “La Barranca”, a un costado de un aserradero en dicha comunidad. Aunque inicialmente no fue identificada, finalmente se determinó que se trataba de Yazmín, quien fue asesinada con suma violencia.
En las fotografías de sus redes sociales, Yazmín luce una sonrisa que se desborda y ojos oscuros que lucen enormes. Era madre de una pequeña niña y se ganaba la vida con la música. La noche del domingo, al finalizar el evento, cada uno de los integrantes del grupo recogió sus pertenencias y equipo, pero como el escenario estaba lejos de la salida, nadie se percató quién fue a recoger a Yazmín. Eran aproximadamente las 11 de la noche, señalan las primeras investigaciones del caso.
El feminicidio de Yazmín ha causado indignación, pues se suma a una serie de asesinatos de mujeres que no termina ni en Oaxaca ni en todo el país. Tras los hechos, colectivas feministas y figuras públicas han exigido justicia en redes sociales. La senadora por Oaxaca Susana Harp (Morena), por ejemplo, se unió al llamado de justicia, ante un crimen que indigna y lastima.
Mientras que las colectivas Activistas Feministas Oaxaca y Mujeres Autónomas Organizadas se sumaron al llamado de justicia y a la exigencia a las autoridades de una investigación eficaz para castigar a los responsables.
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