Desde días atrás a este sábado 15 de julio, la Guelaguetza en su edición 91 se anunció en medios de comunicación y redes sociales, con la intención de llevar al Auditorio Guelaguetza a 14 culturas de Oaxaca, así como a los pueblos afromexicano y mestizo.
Las delegaciones elegidas para participar en el Lunes del Cerro fueron convocadas entonces para el primer desfile. El inicio se pactó a las 18:00 horas, en medio de la inconformidad colectiva porque la ruta cambió de último momento, miles de personas se reunieron en las calles de la Ciudad de Oaxaca para esperar el paso de los contingentes, desde al menos tres horas antes.
La lluvia dio tregua a las y los oaxaqueños, así como a visitantes que esperaron pacientes, de pie o sentados en las banquetas, aunque hubo quienes llevaron sus propias sillas para hacer menos cansada la espera.
Del otro lado de la ciudad, las delegaciones llegaron para tomar su lugar en el contingente, en inmediaciones de la Fuente de las Ocho Regiones, donde unos minutos después de la hora acordada, el sonido de la chirimía dio la salida a las delegaciones y encendió el ánimo de un río de gente que gritaba y aplaudía, al paso de las y los representantes de las 30 delegaciones elegidas en mayo pasado, para participar en las dos ediciones del Lunes de Cerro, del 17 de julio.
En el Centro, al tiempo de impedir el paso a quienes querían un lugar pero llegaron tarde, miles de personas aplaudían y al grito de ¡Viva Oaxaca!, esperaban ansiosas ser parte de la fiesta.
Como lo marca la tradición desde hace 66 años, las Chinas Oaxaqueñas de Genoveva Medina, representantes de los Valles Centrales, originarias de Oaxaca de Juárez y por lo tanto, la delegación anfitriona, encabeza el desfile acompañada de música, pirotecnia, faroles y baile.
Detrás de ésta, las y los representantes de la Mixteca, la Costa, el Istmo, las Sierras Norte y Sur, Cañada y Cuenca, fueron aplaudidos por el público que gustoso recibió un mezcal, un pan o pidió una foto a quienes representan la diversidad cultural de Oaxaca.
Este año, los tiliches de Putla Villa de Guerrero cerraron el desfile, con un contingente enorme que cerró el anuncio: ¡Oaxaca está de fiesta!.
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